A nivel internacional y nacional, el crecimiento del turismo es constante. Durante los últimos cinco años, en México se duplicó el número de los viajeros extranjeros, por lo que pasó de ocupar el lugar número 15 al 8 dentro del ranking de los países más visitados, según la Organización Mundial de Turismo. Esto ha fortalecido y consolidado la industria hotelera.
Durante el 2017, se estima que 38 millones de turistas de otras partes del mundo vinieron a México y dejaron una derrama económica aproximada de 20,000 millones de dólares (mdd).
Marriott International, que cuenta con 76 propiedades bajo 14 distintas marcas en el país, contempla abrir 17 hoteles en 2018 en Los Cabos, Cancún, Ciudad de México, Monterrey, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla, Mérida y Tijuana. Laura Santoni, vicepresidenta para México de Marriott Caribe y Latinoamérica, comentó que México es el país más importante de Latinoamérica para la cadena de hospitalidad más grande del mundo.
En el contexto nacional, por ejemplo, la cadena mexicana Misión, que tiene 60 hoteles en 24 estados de la república, pretende abrir durante en 2018 hoteles en Silao, Monterrey, Querétaro y Guanajuato, además de San Luis Potosí. Por otra parte, Grupo Posadas, con una inversión superior a los 1,000 mdd, inauguró 13 hoteles en 2017, con presencia en prácticamente todo el país.
Para ajustarse a las exigencias y ofrecer experiencia única a los clientes, el diseño y la arquitectura hotelera experimentan cambios y actualizaciones. Esa es la razón por la que los diseñadores y arquitectos, además de planear lugares lujosos y cómodos, intentan ofrecer la esencia de los alrededores en la construcción y decoración.
Las cadenas de hoteles que están en ciudades orientadas a clientes de negocios, han tomado nuevos estilos para acoger a huéspedes internacionales, lo que implica cambios en las estructuras de espacios comunes, de reunión y socialización por lugares más íntimos como habitaciones y suites.
Para cualquier proyecto hotelero, una de las prioridades es la distribución del espacio. Lograr este objetivo implica un estudio puntual de cada una de las áreas para enfocarse en los servicios que se ofrecerán y un sistema de cómo proveerlos. Asimismo, es necesario hacer un cuidadoso estudio de mercado para evaluar la demanda potencial y el tamaño de la unidad hotelera.
Las áreas que dejan mayores ingresos son las habitaciones y la restauración, por lo que regularmente son más amplios. Los servicios como lavandería, estacionamiento y tiendas interiores tendrán espacios sujetos a los ingresos que aporten.
Los hoteles económicos dan mayor prioridad a las habitaciones porque los servicios auxiliares son limitados y simplemente no los toman en cuenta. Sin embargo, los hoteles de cuatro y cinco estrellas en ocasiones cuentan con menos espacios para habitaciones para dar variedad de servicios auxiliares, e incluso para introducir tendencias de arquitectura sostenible que vaya en armonía con el entorno y use materiales sostenibles que le darán al huésped una experiencia distinta y de mayor valor.
Iniciar con un proyecto de una o varias unidades hoteleras implica la consideración y análisis profundo de distintos factores tanto financieros, como de planeación y diseño. La mejor vía siempre será recurrir a expertos o a buenos ejemplos de ejecución y arranque de algún proyecto u obra.
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