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martes, 2 de junio de 2020

Crisis del coronavirus: momento histórico con gran potencial transformador

Edición España. Un análisis de Esther MascaróEl derrumbeComo todas las empresas del sector y como todos los medios de comunicación, compartimos el destino de ambos, hemos pasado por momentos de todo tipo. Aunque la crisis sanitaria parecía lejana, con la suspensión del Mobile World Congress ("Imposible" acoger el Mobile World Congress a causa del coronavirus) y posteriormente de la feria ITB de Berlín (Cancelan la ITB de Berlín), quedaba claro que algo gordo estaba ocurriendo. Para entonces el virus ya había llegado a España y al turismo, y el derrumbe era imparable.El 11 de marzo, ante el panorama, publicamos este artículo para intentar infundir confianza al sector a pesar del miedo y la preocupación: De la crisis del coronavirus también se sale. Y es que el primer momento fue de vértigo, con noticias que hablaban de cierres, de ERTE, de aviones en tierra, de la suspensión del Imserso, de caídas en Bolsa, de reservas canceladas, repatriaciones, cese total de actividad no ya en España, sino en medio mundo. Nunca habíamos visto algo semejante.El 13 de marzo se anunciaba el estado de alarma, que entraba en vigor el mismo sábado 14 de marzo en principio por un periodo de 15 días que claramente sería insuficiente: Estado de alarma en España: ¿qué supone para ciudadanos y empresas?La gran ola de Kanagawa, de Katsushika Hokusai.El tsunamiEl tusnami nos alcanzó de lleno, laboral y profesionalmente. En lo laboral porque también en HOSTELTUR tuvimos que acogernos a un ERTE, ante la caída en picado de la facturación por el cese de actividad del sector. Nuestro director Manuel Molina lo explicó aquí: Hosteltur versus coronavirus.Y en lo profesional porque aún en estado de shock, como tantos profesionales del sector, tuvimos que reducir nuestra jornada laboral en el momento de la historia con más visitas a nuestra web, más necesidad de información por parte de nuestros lectores y más noticias que publicar, al principio todas malas. Un momento histórico por muchos motivosMirando atrás, y siendo consciente de que todavía no tenemos perspectiva histórica sobre lo ocurrido, y dejando de lado la tragedia de tantas muertes y tantas personas sin trabajo, sin cobertura, sin tener garantizadas sus necesidades, lo que ha ocurrido ha sido emocionante. No lo que ha ocurrido, que ha sido una tragedia sin paliativos, sino cómo el sector ha reaccionado ante algo desconocido, cambiante, que todavía hoy genera una gran incerteza en lo personal y en lo económico.Cóctel emocionalEl inicio de la crisis fue trágico porque las informaciones eran todas malas noticias para la salud económica del país, del sector y de tantas familias, dejando de lado la cuestión médica. Cierres, cancelaciones, suspensiones. Una industria global cerrada y con cero actividad. La gente confinada en su casa, las ciudades cerradas a cal y canto y con las calles desiertas. Parecía que había llegado el Armagedón.El cóctel emocional de esta etapa fue una mezcla de miedo, confianza, incertidumbre, rabia, dolor, solidaridad, tristeza... por las personas, por el dolor, por el temor al futuro, por lo perdido, por no poder vernos y abrazarnos... cuánto necesitamos los humanos el contacto con los demás y qué poco conscientes somos de ello a veces.El Mundo, de Remedios Varo.La mente es librePasado el estado de shock inicial y las primeras reacciones de cierres y protección del máximo número de puestos de trabajo, llegó una segunda etapa. Por suerte, la mente no puede estar confinada y gran parte del sector fue consciente de la importancia de poner a trabajar la sustancia gris no sólo en relación a la propia empresa, sino a toda la industria en su conjunto.Seguramente también necesitábamos hablar entre colegas de lo que estaba ocurriendo, algo muy humano, pero sobre todo necesitábamos entenderlo, explicarnos qué significaba, cómo podíamos sacar de ello algo positivo, seguir aprendiendo, prepararnos para el regreso... porque un día esto pasaría. Webinars, seminarios, charlas online... quisimos contribuir a este momento de inquietud y máxima atención (y máxima tensión también) poniendo nuestros recursos al servicio del sector para informarle y formarle, a pesar de la incertidumbre y de la situación laboral: webinars y videoentrevistas donde reconocidos profesionales y altos directivos del sector compartían sus esperanzas, sus dudas, sus estrategias o simplemente su visión sobre lo que estaba ocurriendo y cómo sería el futuro.Fue un momento especialmente estimulante, porque a pesar del temor y las dudas, a pesar del parón y los ERTE, las facturaciones a cero y la nula actividad, el deseo de saber era enorme. Ese deseo de saber ha durado hasta hoy, cuando parece que el sector ya arranca tímidamente su actividad, todavía con incertezas y limitaciones. Reflexionar, compartir, aprender.Confianza en el veranoYa estamos en la fase de desescalada, algo que parecía muy lejos. Siguen las dudas y tras perder la Semana Santa, el sector intentará no perder el verano, aunque nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurrirá. Sigue el interés de todo el mundo por conocer, por saber, por informarse, los protocolos dibujan cómo serán a partir de ahora todas las actividades relacionadas con la industria turística, la industria de la relación por excelencia que deberá adaptarse al distanciamiento social. El ritmo de informaciones sigue sin bajar, pero ha cambiado el tono y desde hace un par de semanas la reactivación es la clave. Lentamente, arrancamos de nuevo. Huele a esperanza.¿Cuándo será posible viajar? ¿Qué mercados responderán a los destinos españoles? ¿Cuánta gente decidirá subirse a un avión? ¿Cómo habrá cambiado la comercialización? ¿Qué actores intervendrán? ¿Cómo afrontaremos un posible rebrote? ¿Conseguiremos que el cliente confíe en la seguridad de nuestros destinos? Las dudas son muchas, pero como decían Raúl González, consejero delegado para la zona EMEA del Grupo Barceló, y André Gerondeau, Chief Operating Officer de Meliá Hotels International en un reciente webinar (El cliente hotelero, de viejo conocido a la gran incógnita del verano), la gran incógnita es el cliente, lo que va a querer, lo que decidirá hacer, cómo lo hará y con qué expectativas.Un mutante microscópico que no es ni siquiera un ser vivo ha puesto en jaque al mundo entero, ha paralizado la actividad económica y ha mantenido confinada en casa a la población. Y seguimos en confinamiento, y seguimos con un estado de alarma vigente. No hemos de olvidarlo, porque cualquier repunte de la pandemia sería mortal para todas las esperanzas puestas en que este verano permita inyectar cierta liquidez a las empresas y a tantas familias. Y es importante conseguirlo, porque el invierno será duroEl poder ocultoEl ser humano es extraordinario, como decía un anuncio. Es cierto que somos capaces de lo peor y de lo mejor, y que en los tiempos difíciles surge la magia de un poder oculto que nos hace más solidarios, más empáticos, más conectados a ese "otro" que a veces sólo sabemos ver de lejos. Una crisis como la que vivimos deja claro que hemos de salvarnos todos juntos, y que la responsabilidad recae en todos y cada uno de nosotros. Si aprendemos o no de lo vivido, si somos capaces de volver a una normalidad que sea realmente nueva, y no sólo nueva, sino nueva y mejor que la vieja... si cuando esto pase afrontamos con una nueva visión los viejos problemas de la sostenibilidad, de la redistribución de recursos, del aprovechamiento global de una industria global, quizá pueda haber valido la pena. El sacrificio de unos debería significar siempre el aprendizaje de otros, sobrevivir para ser capaces de cambiar y mejorar.Pero si volvemos a lo de siempre habremos perdido una gran oportunidad. El coronavirus nos ha obligado a un reset planetario. Puede ser el momento de cambiar todo aquello que no nos gustaba de nosotros mismos, de nuestra actitud o de nuestra actividad. Como individuos y como industria. Nuestro potencial de transformación es inmenso. ¿Sabremos aprovecharlo?

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