Los pasajeros que vuelen con Virgin Galactic en viajes suborbitales al espacio podrán verse flotando ingrávidos contra la Tierra de fondo, mientras 16 cámaras documentan la aventura.
Las amenidades altamente detalladas para mejorar la experiencia de vuelo de los clientes se mostraron en un evento en línea que reveló la cabina del avión-cohete de la compañía, uno llamado SpaceShipTwo, que está siendo probado en preparación para el servicio comercial.
Hay una docena de ventanas para la visualización, asientos que se personalizarán para los seis pasajeros de cada vuelo y que serán capaces de ajustarse a la fuerza G, y, naturalmente, iluminación ambiental.
Virgin Galactic fue fundada por el multimillonario británico Richard Branson después de los vuelos del SpaceShipOne experimental en 2004. Branson planea ser el primer pasajero cuando comiencen los vuelos comerciales.
Virgin Galactic
Al igual que su predecesor, el SpaceShipTwo es un avión-cohete que se cuelga debajo de un avión a reacción especial y se lanza a gran altura.
Después de un momento de caída libre, los dos pilotos encienden el cohete y la nave se eleva y acelera verticalmente a una velocidad supersónica.
El cohete se apaga pero el impulso lleva a la nave a los tramos inferiores del espacio donde se voltea para que las ventanas del techo de la cabina permitan una vista de la Tierra.
Los pasajeros, vestidos con trajes espaciales diseñados por la compañía Under Armour, podrán dejar sus asientos y flotar por la cabina, utilizando varios asideros.
La prueba tenía por objeto ayudar a finalizar el diseño y aprender a entrenar a los astronautas pasajeros a saber a lo que se enfrentarán una vez que estén en la ingravidez, conocido como el apogeo, antes de que comience el descenso.
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Los pasajeros tendrán que volver a sus asientos después de unos minutos a medida que la nave se reoriente y comience a interactuar con la creciente densidad de la atmósfera y luego se deslice hacia el aterrizaje.
La nave SpaceShipTwo se desarrolló en las instalaciones de Virgin Galactic en Mojave, California, y operará comercialmente desde Spaceport America en el sur de Nuevo México, donde los pasajeros se someterán a varios días de entrenamiento antes de sus vuelos.
La compañía ha dicho que más de 600 personas ya han hecho reservas. Los asientos iniciales se vendieron a 250.000 dólares cada uno. El costo puede aumentar por un tiempo, pero el objetivo a largo plazo es hacer la aventura más accesible, posiblemente a un costo menor.
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